Corría el verano de 1965 y con él la vuelta a la isla de Gran Canaria, se convertía una vez más en la prueba señera del motociclismo de entonces. Las pequeñas cilindradas siempre tenían el hueco en las parrillas, por ser la moto casera del obrero deportista, por ser económica de mantenimiento, y sobre todo entretenída en las competiciones de entonces. En la foto Don Antonio Trujillo Betancor, un ilustre piloto, preparador, especialista en el mundo de la moto, antigua y moderna, su sabiduría bien merece unas cuantas páginas en la historia. hemos tenído la suerte de encontrar la foto de mano de Carlos, su hijo.
Corría el verano de 1965 y con él la vuelta a la isla de Gran Canaria, se convertía una vez más en la prueba señera del motociclismo de entonces. Las pequeñas cilindradas siempre tenían el hueco en las parrillas, por ser la moto casera del obrero deportista, por ser económica de mantenimiento, y sobre todo entretenída en las competiciones de entonces. En la foto Don Antonio Trujillo Betancor, un ilustre piloto, preparador, especialista en el mundo de la moto, antigua y moderna, su sabiduría bien merece unas cuantas páginas en la historia. hemos tenído la suerte de encontrar la foto de mano de Carlos, su hijo.
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